LOS SEÑORES DE LA GUERRA

Juan Sosa Maldonado

Una permanente guerra sucia se ha vivido en México desde décadas, los asesinos se turnan en el poder una y otra vez para prodigarse impunidad, es así como de las ejecuciones de líderes y represión a movimientos sociales no se ha investigado y castigado a los autores materiales e intelectuales.

 Cientos de asesinados, heridos y desaparecidos antes, durante y después del 02 de octubre de 1968; cientos de desapariciones forzadas en Guerrero y otras entidades de la República en las décadas de los setenta, ochenta y posteriores; que los supuestos gobiernos de izquierda arriben al poder le ha costado al pueblo entregar la vida de sus mejores hijos en aras de la democracia, sin que hasta ahora se haya sentado en el banquillo de los acusados a ningún represor, por el contrario la clase política los premia con puestos en cualquiera de los tres poderes.

 En  Oaxaca, cuando Ulises Ruiz Ortiz pacto la impunidad con Felipe Calderón y Diódoro Carrasco Altamirano ya sabíamos que Gabino Cué arribaría al poder, sabíamos que Ulises Ruiz no sería investigado y castigado; hacerlo implicaría investigar también a José Murat, a Diódoro Carrasco Altamirano por sus crímenes contra los indígenas Loxicha , crímenes que se siguen perpetrando como se sigue a nivel estatal con esta política de exterminio de líderes, organizaciones sociales  y movimientos sociales y comunitarios.

La ejecución de Catarino Torres Pereda de CODECI y de Don Heriberto Pazos Ortíz, indiscutible líder del MULT, no son ejecuciones para desestabilizar al gobierno de Gabino Cué Monteagudo, como se nos pretende hacer creer; fue sólo una demostración de fuerza y para limpiar el camino de la alternancia a los represores.

Habrá ingenuos que colaboren con ellos creyendo que contribuyen al verdadero cambio, los peores lo hacen con conocimiento de causa, muchos son compañeros del viejo equipo diodorista.

 Que no hemos tenido otra opción se argumentará, claro, se han encargado de eliminar a todo movimiento o líder social  que significara un verdadero cambio democrático.

 Si se es buen observador, se notará que hay algunas comparsitas de supuesta oposición que crecieron al amparo del diodorismo y solamente siguen un libreto que los posicione en la política y haga evidentes los “logros” del gabinismo.

 Premios, reconocimientos a sus dotes de estadista; que le preocupan los derechos humanos? Claro, los de la clase empresarial, los de la gente de su clase; a los pobres a los indígenas nunca nos han reconocido nuestra calidad de seres humanos.

 La casa por la ventana para recibir a los potentados, a los emisarios del Banco Interamericano de Desarrollo, a los reyes magos que ofrenden el oropel y sean motivo de los reflectores para autodefinirse como gobierno progresista que esconde debajo de la alfombra los crímenes,  las violaciones a derechos humanos  para que los emisarios de la ONU, de los que mantienen el criminal bloqueo al heroico pueblo cubano, de los que se abstienen o votan contra Palestina y a favor de los Estados Unidos y de Israel les den palmaditas de complacencia, de complicidades.

 Mientras tanto, los huérfanos, las viudas, los expresos, los ex desaparecidos, los que padecemos las secuelas físicas y psicológicas de la cárcel y la tortura, desde 1996, pasando por el 2006 y hasta la fecha, seguimos esperando que haya una verdadera transición democrática, que haya justicia, que haya libertad, que se nos reconozca como seres humanos.

 Los presos de los Loxicha, las víctimas del diodorismo siguen pudriéndose en las mazmorras del estado, y los esbirros del diodorismo se posicionan en las comunidades de los Loxicha para seguir imponiendo el paramilitarismo, las ejecuciones extrajudiciales, para hacer de la miseria y el abandono su botín de guerra.

 Hoy celebramos la victoria de la “Batalla de todos los santos” contra la Policía Federal Preventiva, ese ente represor que fue creado por Diódoro Carrasco a su paso por la Secretaría de Gobernación; la unidad del pueblo en contra de los opresores, de ese pueblo que tuvo que enfrentar la venganza de los poderosos el 25 de noviembre de 2006; pueblo que apostaba que las organizaciones sociales, los sindicatos, la sección 22, tuviéramos la capacidad de conducirlos a la verdadera transición; pero la traición se pacto en los acuerdos cupulares y vino la cooptación de los líderes, el monitoreo y la teledirección del sindicato que era la columna vertebral del movimiento popular, desde la Secretaría General de Gobierno. 

 ¿Dónde están las manifestaciones, las jornadas de difusión, de propaganda, de educación política para exigir la libertad de los presos políticos y de conciencia, la presentación con vida de los desaparecidos?

 Se han quedado en la cómoda resignación a no hacer nada o lo que es peor, a los acuerdos con los verdugos a cambio de prebendas políticas y económicas.

 Pero no nos rendimos, no nos damos por vencidos, seguimos apostando a la solidaridad, a que este pueblo digno y generoso despierte de su letargo, entonces lograremos nuestras pequeñas victorias contra la cárcel, la desaparición forzada, la opresión y la muerte.