LÓPEZ OBRADOR; EL INMORAL PRECANDIDATO DEL PRD
2 diciembre, 2011 Deja un comentario
Juan José Díaz Bermúdez
Oaxaca, México (Punto y Aparte).- Andrés Manuel López Obrador regresa a la pantalla grande, según dice robustecido por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), que no es la panacea en la solución a los miles de problemas que México enfrenta en estos momentos. El remedio es veneno en manos de una persona tan inestable emocionalmente como lo es el señor López, quién desgraciadamente hoy dice si y mañana dice no. Dijo en 2006 que si perdía las elecciones se retiraría a escribir un libro, no lo hizo se tiró a la calle a crear confusión y molestias a terceros. De toda la gama de excentricidades y contradicciones que persisten en un sujeto que no ha tenido hasta hoy un ápice en su carrera, sin ideología y base estructural, se encuentra el contradecirse ideológicamente al hablar al proletario y vivir como un oligarca. Al “Peje Lagarto lo perderá la fauna perredista eso ni duda cabe, sin embargo llama la atención que López Obrador, que se decía “Presidente Legitimo” y acusaba a Felipe Calderón Hinojosa de usurpador, intente nuevamente participar en una contienda en la que moralmente ya fue “Presidente Legitimo”, y en la que tuvo un proyecto de gobierno e hizo un laboratorio absurdo del poder popular dejando a varios de sus seguidores con el mal sabor de boca al ir a pactar con la mafia de Televisa, empresa de la oligarquía en la que encasillo dentro de la pandilla y mafia, como el mismo aseguró en diversas ocasiones con sus discursos sobre las “chachalacas”.
¿Quién le confiaría el gobierno de un país a un sujeto que como el señor López Obrador se hinca ante el adversario antes de comenzar la guerra? Pero no solo es eso, el violento ex priista, hoy petista, convergente y perredista, el mismo que llamó a una jornada de lucha “pacifica” y de resistencia civil y terminó ofreciendo amor y paz, aquel que no tiene un partido sino tres, regresa remasterizado, como participe de los doce apóstoles de Jesús, casi casi un corazón contrito y humillado.
El pre candidato del PRD y MORENA no engaña a nadie, México entero sabe que es un sujeto violento que al verse perdido en las urnas como exactamente será, querrá encabezar movilizaciones y porque no, intentar paralizar al país para tomar el poder a como de lugar, ya lo dijeron los panistas que era un peligro para México, hoy se repite la historia. ¿Le conviene esto a nuestro país?
Por poco y convence. Si López Obrador no hubiera cambiado su mascara luego de salir victorioso en la supuesta encuesta hecha a los perredistas, donde surgió como pre candidato, quizás estaríamos hablando de un candidato fuerte, con estructura, muy bien posesionado como dicen las encuestas, pero no, después del lapsus hecho ante Televisa y posteriormente el amor y paz y la república amorosa, quienes creían que podría ganar las elecciones a la presidencia de la república se desvanecieron y convirtieron esa esperanza en un mercado de frustraciones de quienes creyeron que el señor López era la garantía que México necesita para poder aspirar a un cambio. Su estrategia le quitó al PRD puntos necesarios.
Por supuesto tiene el tiempo para recapitular, aunque será difícil que recupere la credibilidad de un político serio. ¿Por qué creería el peje que sacando material de la chistera y haciendo de sus discursos proyectos circenses, se ganaría la confianza de la sociedad?
Fue como aquella anécdota, que dice que alguien creyó en la posibilidad de rejuvenecer a un viejo perro, pero no tomó en cuenta que ese viejo perro había sido el causante de miles de daños, un perro dañero que había sido el causante indirecto del mal que vivía esa comunidad. El viejo perro ni rejuveneció y nadie le creyó
No debemos olvidar que López Obrador es el provocador indirecto de la militarización en todo el país, ya que seguidores y simpatizantes difundieron rumores en los que se aseguraba una revolución en el 2010. Si algo hay que reconocer de Felipe Calderón, es haber caído en los cantos de la sirenas, con el poder se engolosinó y quiso remediar la posibilidad de una explosión social y definió una guerra a propósito contra el crimen para llevar al ejército y la policía federal a las calles. Por esa razón no solo Calderón sería el culpable de esa guerra que hoy vivimos, también lo es López Obrador que al perder la presidencia de la república, no aceptó su derrota, intentó provocar al pueblo deslegitimando a las instituciones electorales y a los partidos políticos, fue incluso hasta la posibilidad de crear un vacio legal al influir el diputados serviles al PRD para que Felipe Calderón no tomará posesión en el Congreso federal, intentando crear el caos político e histórico en México. Este sujeto que hoy predica a los cuatro vientos amor y paz y se viste de humildad, es el mismo que hasta hace unos días era el portavoz de la violencia en todo el país.